En vista de los últimos acontecimientos sucedidos en esta humilde oficina del servicio público, dado por el ejemplo y huella que los esposos Curie han dejado a fuego en sus fanáticos, siento la obligación moral y espiritual de revelar lo que se me ha dado a conocer a través de visiones, sobre el futuro de esta oficina.
Visiones aterradoras de alienación en el futuro: en función de promover los valores familiares dentro de los servicios públicos, el gran requisito para poder trabajar y estar ahí será estar casado con alguien del mismo trabajo, por lo que para subsistir las actuales familias de los funcionarios deberán terminarse, al menos en la legalidad, y pasar obligatoriamente a la clandestinidad, ya que el compromiso de matrimonio oficial el funcionario lo deberá tener si o si con alguien de la misma oficina. Cosas inauditas como transformar a la esposa en la amante sucederán, movimientos de corte terroristas fundados por las mujeres e hijos desplazados harán temblar los cimientos del estado de derecho de la república.
Las actividades de esparcimiento y camaradería dentro de las oficinas ya no será celebrar los cumpleaños de los funcionarios, sino que ahora los aniversarios de matrimonio de cada pareja ameritarán la fiesta: será obligatorio que cada pareja exponga sus fotos de matrimonio (presentación en power point), así como la presentación de informes anuales de compras realizadas para el hogar, se instaurarán video conferencias con las oficinas públicas ubicadas fuera de la capital, donde ellas (las funcionarias) hablarán de las cosas que más disfrutan cuando van al mall con su “gordo”, y ellos (los funcionarios) dirán cuales son las actividades que más disfrutan sin ellas, como ver un partido de fútbol, ver un partido de fútbol con sus amigos tomando cerveza o ver un partido de fútbol con sus amigos, tomando cerveza y rascándose las bolas en su sillón favorito. Sin contar con las pasantías en el exterior en instituciones que promuevan los valores y el trabajo en familia, las cuales los funcionarios deberán hacer obligatoriamente con sus parejas.
Todo esto está más cerca de lo que parece, sólo deben temer y estar preparados para estos trascendentales cambios, o peor aún... para lo peor.
Visiones aterradoras de alienación en el futuro: en función de promover los valores familiares dentro de los servicios públicos, el gran requisito para poder trabajar y estar ahí será estar casado con alguien del mismo trabajo, por lo que para subsistir las actuales familias de los funcionarios deberán terminarse, al menos en la legalidad, y pasar obligatoriamente a la clandestinidad, ya que el compromiso de matrimonio oficial el funcionario lo deberá tener si o si con alguien de la misma oficina. Cosas inauditas como transformar a la esposa en la amante sucederán, movimientos de corte terroristas fundados por las mujeres e hijos desplazados harán temblar los cimientos del estado de derecho de la república.
Las actividades de esparcimiento y camaradería dentro de las oficinas ya no será celebrar los cumpleaños de los funcionarios, sino que ahora los aniversarios de matrimonio de cada pareja ameritarán la fiesta: será obligatorio que cada pareja exponga sus fotos de matrimonio (presentación en power point), así como la presentación de informes anuales de compras realizadas para el hogar, se instaurarán video conferencias con las oficinas públicas ubicadas fuera de la capital, donde ellas (las funcionarias) hablarán de las cosas que más disfrutan cuando van al mall con su “gordo”, y ellos (los funcionarios) dirán cuales son las actividades que más disfrutan sin ellas, como ver un partido de fútbol, ver un partido de fútbol con sus amigos tomando cerveza o ver un partido de fútbol con sus amigos, tomando cerveza y rascándose las bolas en su sillón favorito. Sin contar con las pasantías en el exterior en instituciones que promuevan los valores y el trabajo en familia, las cuales los funcionarios deberán hacer obligatoriamente con sus parejas.
Todo esto está más cerca de lo que parece, sólo deben temer y estar preparados para estos trascendentales cambios, o peor aún... para lo peor.
