viernes, febrero 03, 2006

No me sigas, camarita amiga


Tengo una cámara de video, me la acaban de prestar y creo que la utilizaré pronto porque voy a viajar a un lugar que vale la pena ser registrado en imágenes. Bueno, hasta ahí todo bien, porque las cosas que veré allá podré compartirlas con todo aquel que quiera verlas. Aunque debo decirlo, esas grabaciones tan personales y que al protagonista pueden rememorarles tan gratos momentos, para el resto suelen ser unas soberanas latas.

¿Por qué? Porque el neófito camarógrafo normalmente no tiene un mínimo criterio para registrar imágenes, lo que hace que la mayoría de estos “documentales” sean extremadamente largos y reiterativos: ver las mismas caras, las mismas gracias, ya sea del niñito, del perrito, del orgullo de la familia cantando y haciendo ridiculeces. Cosa distinta sucede con las grabaciones algo más profesionales, que aunque el tipo no sepa nada de detalles técnicos, al menos sacará todas las partes aburridas del video, dejando aún un compilado de baja calidad pero mucho más tragable.

De verdad que compadezco a los que alguna vez han visto alguna grabación casera mía de algún acontecimiento en mi vida, que se tuvieron que mamar eternos minutos de soberanas latas que le quitarían el insomnio al más despierto y paciente de los espectadores, y los compadezco de verdad, porque ya varias veces me he aburrido yo mismo de mis videos… para que más comentarios.

Aunque creo que hay una excepción dentro de estos videos caseros, en cuanto al poder que tiene para captar la atención, y tanto así que son uno de los mayores protagonistas de la Internet: los de sexo.

Y puede que ninguno de ellos tampoco tenga características técnicas envidiables, fotografía excepcional o alguna historia interesante, tienen bajo la manga el imán más atractivo para muchas personas en todo el mundo, el morbo.

Si no pregúntale a la inocente Pam Anderson y al bueno de Tommy Lee, de los cuales el mundo pudo ver algo más que sus vacaciones… ¿en realidad que me tienen que interesar sus polvos, sus húmedos paseos en lancha, sus piruetas libidinosas en un auto en marcha?... ¿se dan cuenta del poder del morbo?

En fin, para no aburrirnos de vacaciones, graduaciones y fiestas de otros que en realidad no nos interesan, y sobretodo para librarnos de exhibicionistas violaciones a la intimidad de las personas, propongo que destruyamos todas las cámaras caseras del mundo.
Mueran las handycam. Viva la memoria.